CRÍTICA DE CINE: Mulholland Drive

Lo reconozco: no soporto el cine surrealista/experimental que para mi ni siquiera es cine. Me explico antes de que los cinéfilos más radicales me echen a los leones: en mi humilde e inexperta opinión una película tiene que contar una historia a sus espectadores y cuando no lo hace o lo hace de forma que es imposible de entender por el común de los mortales deja de ser cine. No digo que no pueda ser buena, bonita o artística pero ya no es cine (aunque también puede ser una paja mental o una tomadura de pelo, cosa que también ocurre y mucho con este tipo de películas).
Este es el caso de Mulholland Drive, técnicamente está muy cuidada en todos los aspectos, estéticamente es una pasada, el reparto se esfuerza mucho en interpretar a los personajes (lástima que como toda la película no tengan ni pies ni cabeza), la música es muy buena... pero estoy seguro que ni el propio Lynch sabe qué demonios quería contar si es que realmente quería contar algo (que lo dudo). He leído por ahí que el mensaje es que Hollywood es un sitio asqueroso y cruel y puede que sea cierto, pero en ese caso Lynch podría haberlo transmitido de forma mínimamente comprensible y ya podría haberse fijado en obras maestras como El Crepúsculo de los dioses o Cautivos del mal, que cuentan eso mismo pero sin que hagan falta expertos en psicología para entenderlas. También he leído que Lynch quería hacer una película anti-comercial con la que darle en los morros a la industria de Hollywood a la que tanto odia pero si ese es el caso: ¿A qué viene la escena lésbica? ¿Con ella no está usando el sexo de manera descaradamente comercial? ¿O era imprescindible para contar esa historia que ni él mismo sabe qué significa? (y esto es algo que ha reconocido).
Qué quieren que les diga, yo seré muy bobo pero antes que películas como esta, por mucho que hagan eyacular a los críticos "serios" (que seguro que tampoco han entendido nada), prefiero cualquiera de Terence Hill y el recientemente fallecido Bud Spencer (R.I.P.) que serán malas pero cumplen su propósito, hacer reír, sin que ningún gafapasta pedante tenga que explicarlas.

Nota: 4 sobre 10
Lo mejor: la fotografía y la banda sonora
Lo peor: que no hay dios que la entienda 

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