Cuadernos de Mordor

Cold War (guerra fría) es una historia de amor de esas que a los franceses les gustan tanto y llaman "amour fou" (amor loco): un amor tan apasionado como destructivo entre dos personas que no puden estar separadas pero tampoco juntas. Una historia que nos han contado mil veces en distintos formatos y con distintas ambientaciones temporales y físicas. Lo que hace que esta película sea diferente y merezca muchísimo la pena no es la historia, que por otra parte es bastante buena a pesar de estar ya muy vista, sino la forma de contarla: para empezar es original ya que está contada a base de saltos en el tiempo mediante un estupendo montaje y también a base de canciones aprovechando que los protagonistas son un músico y una cantante, aunque no llega a ser un musical al uso. Además está rodada en un blanco y negro muy potente gracias a una magnífica fotografía y dirigida de forma excelente por un Pawlikowski al que no conocía (no he visto su anterior éxito Ida) y que

Stephen King es mi escritor de terror favorito porque en sus mejores novelas presenta un drama totalmente realista y poco a poco va introduciendo elementos de terror sobrenatural hasta que la historia pasa a ser algo totalmente distinto. Y está claro que ha influenciado mucho a John Ajvide Lindqvist, autor de la novela en la que se basa la magnífica Déjame entrar (me refiero a la sueca que es la única que he visto) y del relato en el que se basa Border (frontera en inglés). Aunque hay que advertir que esta última es mucho menos de terror pero tiene esa misma estructura típica de King. En realidad Border es una mezcla de drama, suspense policíaco, historia de amor (eso sí, muy peculiar) y fantasía oscura que combina a la perfección dichos géneros. Y una apología de la diferencia y de la tolerancia muy necesaria en los tiempos que corren. Está muy bien dirigida por el para mí desconocido Abbasi aunque tiene un ritmo muy lento, tanto que en ocasiones llega a aburrir, lo que

Cuando vi los cómics del "Spider-verso" pensé que a los de Marvel se les había ido la pinza y después de tantos años ya no sabían qué contar. Así que no tenía interés en ver esta película pero el tráiler y las buenas críticas me decidieron a darle una oportunidad (aunque la crítica favorable de Jordi Costa me hizo dudar). Y menos mal que lo hice porque el resultado es una de las mejores películas de animación y de superhéroes que he visto (y he visto muchas de ambos tipos). En cuanto a la animación es una maravilla, como demuestran secuencias espectaculares como la de Miles, Peter y el tren o la de la persecución en el bosque. Además tanto Miles y su mundo como las demás "spider-personas" y los malos tienen su propio estilo de dibujo, lo que me parece un enorme acierto, y la mezcla de dichos estilos está espléndidamente hecha. Y encima se atreve a experimentar, con magníficos resultados, en las alucinantes secuencias del colisionador. Y como película

Salvo excepciones, los cómics de DC han sido más oscuros y han tenido menos humor y un tono más adulto que los de Marvel. Y con las adaptaciones cinematográficas ha pasado lo mismo hasta hace unos años. Pero con el enorme éxito de las últimas películas de Marvel, Warner Bros., que tiene los derechos de los cómics de DC, ha decidido copiar el estilo de estas, con muy buenos resultados en Wonder Woman y con otros mucho peores en la mediocre Justice League. Con Aquaman vuelven a intentarlo y el resultado está al nivel de WW ya que la película es muy entretenida y espectacular, hay momentos de humor muy divertidos pero no abusan de ellos como suele hacer Marvel, también hay otros más dramáticos que están bastante bien y tiene un tono de aventura pulp (con homenaje a Indiana Jones incluido) que disfutarán los amantes de ese tipo de historias. Además me encantó la estética del mundo submarino, entre espectacular y hortera, como esas armaduras que parecen sacadas de Los Caballe

En 1995 José Luis Cuerda intentó repetir el enorme éxito de la magnífica Amanece que no es poco con Así en el cielo como en la tierra, pero fracasó por culpa de un guión fallido que demostró que es muy difícil repetir semejante derroche de talento y orirginalidad, sobre todo teniendo en cuenta que es una película que tiene chistes de forma casi constante y que además su humor es surrealista y por lo tanto nada sencillo en principio. Ahora ha vuelto a intentar repetirlo con Tiempo después y aunque el resultado ha sido mejor sigue estando lejos de Amanece que no es poco (de la que, por cierto, no es una secuela) ya que es irregular: en su primera mitad la mayoría de los chistes no funciona y además tiene graves problemas de ritmo, llegando a aburrir en algunos momentos; pero afortunadamente la segunda mejora mucho y nos devuelve a un Cuerda en plena forma tanto en el guión como en la dirección. La parte técnica si que está muy bien desde el principio hasta el final, especialmente la